Windows esconde numerosas posibilidades de configuración que permiten adaptarlo perfectamente a nuestras necesidades. Por ejemplo, si sueles tener muchas aplicaciones o ventanas del navegador abiertas simultáneamente, puedes aumentar el ancho de la barra de tareas y tener así espacio para todas ellas. Por el contrario, si tu barra de tareas se agrandó y quieres restaurarla a su tamaño original, también es posible hacerlo.
1) Clica con el botón derecho del ratón en una zona vacía de la barra de tareas y asegúrate de que la opción Bloquear la barra de tareas se encuentra desmarcada.
2) Ahora sitúa el cursor sobre el borde superior de la barra de tareas y verás que se convierte en una flecha de dos puntas. Arrástrala hacia abajo para eliminar filas o hacia arriba para añadirlas (puede llegar a ocupar la mitad de la pantalla).
3) Por último, vuelve a hacer clic derecho sobre ella y marca de nuevo Bloquear la barra de tareas. Esto la inmovilizará en su nueva posición y evitará que puedas moverla accidentalmente.
Una vez que le has dado el tamaño que más te conviene, puedes poner o quitar iconos de la barra de tareas para terminar de personalizarla a tu gusto.
Desafortunadamente, el método anterior no te permite reducir el ancho de la barra de tareas por debajo de un cierto límite (una fila). Si quieres hacerla aún más pequeña y aprovechar así al máximo la superficie de tu pantalla, tendrás que reducir el tamaño de los iconos.
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