Cómo elegir el mejor monitor gaming para ti
Muchos gamers optan por comprar un monitor para completar su equipo, ya sea porque la pantalla de su computadora no tiene las suficientes pulgadas, porque solo disponen de una torre o para lograr una experiencia 100% inmersiva. Te contamos qué debes tener en cuenta a la hora de elegir.
¿Cuáles son las características de un monitor gaming?
Estos monitores son periféricos especializados destinados para el uso de videojuegos. Características como la elevada frecuencia de refresco, la resolución, las entradas de video, el tiempo de respuesta, el número de puertos, la iluminación, el diseño y la ergonomía, el tipo de panel y el uso de tecnologías avanzadas hacen que se diferencien del resto. La búsqueda del monitor perfecto puede suponer para algunos un gran esfuerzo, pues no es fácil elegir entre todas las opciones que hay en el mercado. A continuación, mostramos una guía para que no te equivoques en tu elección y te brindamos algunas de las mejores opciones.
Frecuencia o tasa de refresco
La tasa de refresco es una de las características a tener en cuenta para tener una buena calidad de imagen y nitidez. Este término hace referencia al tiempo en que se actualiza la imagen mostrada en pantalla.
Aunque resulte imperceptible para el ojo humano, las imágenes mostradas a través del monitor se renuevan constantemente. La frecuencia de refresco se mide en hercios (Hz) e indica el número de veces que la pantalla se actualiza durante un segundo. Por tanto, cuanto mayor sea, mejor será el resultado.
Existen monitores gaming que van desde los 60Hz a los 240Hz.
Otro detalle muy importante a tener en cuenta es la relación entre los FPS (fotogramas por segundo) que puede procesar nuestra tarjeta gráfica y la cantidad de Hz de nuestro monitor. Estas medidas deben estar equilibradas, pues no será de gran utilidad tener una tarjeta de vídeo con un elevado rendimiento si se ve limitada por la tasa de refresco de nuestro monitor. Por ejemplo, no será de gran utilidad tener un monitor de 60Hz y obtener valores de 120 FPS durante el juego.
No obstante, ¿qué ocurre cuándo sucede lo contrario y los FPS son inferiores a la frecuencia de refresco del monitor? Esto también puede suponer un problema. En cualquier caso, en la sección 'Tecnología VVR' veremos cómo algunos fabricantes incorporan ciertas tecnologías que permiten sincronizar estos dos parámetros para evitar efectos indeseados.
Nuestra recomendación: como hemos visto, es indispensable contar con una elevada tasa de refresco. Nosotros recomendamos que se encuentre entre los valores 120-240Hz, a pesar de que existen monitores gaming con valores inferiores. Es importante asegurarnos de escoger un monitor que contenga una frecuencia de refresco igual o superior a la renderización en fotogramas por segundo máxima de nuestra tarjeta gráfica (puedes activar el contador de FPS desde la barra de juego en Windows 10 realizando la combinación de teclas Windows + G).
Tiempo de respuesta
Otra característica a tener en cuenta es el tiempo de respuesta de un monitor, pues es el que va a impedir que haya efectos visuales indeseados, como el ghosting (estelas y molestos rastros de imagen), desenfoques y distintas perturbaciones. Esto ocurre cuando el tiempo de respuesta del monitor es excesivamente alto y tarda demasiado en procesar la información recibida.
Durante la ejecución de un juego, los píxeles de la pantalla están cambiando constantemente de color. El tiempo que tardan en actualizarse es lo que viene determinado por este parámetro. Por tanto, creemos que es deseable buscar valores de tiempo de respuesta lo más bajos posibles.
Existen dos conocidos estándares que miden este parámetro: GtG y MPRT. Algunos fabricantes ofrecen únicamente GtG y otros ambas mediciones.
Nuestra recomendación: el objetivo es alcanzar un valor lo más cercano posible a 1ms, siendo este el ideal. Sin embargo, con 4ms o menos la experiencia de juego es aceptable. Aconsejamos revisar las mediciones GtG y MPRT. Se recomienda que el primer valor no supere los 4ms y el MPRT se encuentre entre 1-2ms.
Tipos de panel
El tipo de panel determina cómo nosotros, los usuarios, captamos la imagen mostrada en pantalla. Por tanto, es el principal responsable de la técnica utilizada para regular el brillo, la intensidad y la combinación de los colores primarios. También están ampliamente relacionados con la tasa de refresco.
Dentro del tipo de pantalla denominado LCD, el más ampliamente utilizado en dispositivos gaming debido a su relación calidad-precio, encontramos tres tipos: IPS, TN y VA.
Sin centrarnos en las características físicas de todos ellos, vamos a ver las ventajas y desventajas de cada uno.
- Paneles TN (Twisted Nematic, en inglés): ofrecen un tiempo de respuesta muy cercano a 1ms pero no son capaces de representar todo el espectro de color. También hay que situarse en una posición determinada enfrente del monitor para ver la imagen correctamente, por lo que tiene restricciones en los ángulos de visión.
- Paneles VA (Vertical Alignment, en inglés): tienen mayores tiempos de respuesta pero ofrecen mejor visualización de la imagen a través del brillo y el contraste.
- Paneles IPS (In-Plane Switching, en inglés): es el más utilizado hoy en día y es una combinación de los anteriores corrigiendo sus limitaciones. Tiene tiempos de respuesta aceptables, no hay restricción de ángulo de visión y la gestión del color es correcta.
Nuestra recomendación: en este caso, todo depende de la prioridad del usuario. Para el gaming no competitivo la mejor opción serán los paneles IPS, pero si el objetivo principal es lograr un menor tiempo de respuesta sin importar demasiado la estética del videojuego, recomendamos los paneles TN. Para gaming, sin duda la peor opción son los paneles VA.
Conectividad
En cuanto a los puertos incluidos en el monitor, para una buena experiencia gaming es importante tener en cuenta sobre todo la versión de estos.
Hoy en día, la gran mayoría de jugadores conectan su dispositivo al ordenador a través de un cable HDMI. Hay que identificar la versión del estándar que ofrece nuestro periférico, pues en cada una varían la resolución, la frecuencia de refresco soportadas y la capacidad de emplear VRR. En el caso de HDMI existe desde la 1.0 a la 2.1.
Nuestra recomendación: recomendamos un monitor que incluya al menos la versión 2.0 de HDMI y contar con un cable diseñado para esta o superior.
Tecnología VVR: tasa de refresco variable
La pantalla se sincroniza con los FPS de la tarjeta gráfica a través de la tecnología de tasa de refresco variable, VRR, que permite que el monitor se adapte a la información que recibe, ahorrando energía y evitando interrupciones bruscas durante una partida o fragmentos de imagen.
Cuando corremos un juego en nuestra computadora, el nivel de FPS no permanece constante, sino que varía. Esto también sucede cuando cambiamos de un determinado tipo de juego a otro.
Antes hemos visto cómo puede afectar al rendimiento una gran diferencia entre la frecuencia de refresco y los FPS enviados. La VRR se implementa haciendo uso de una tecnología denominada Sincronización adaptativa (Adaptive Sync, en inglés) que permite una correcta sincronización entre ambos y, por tanto, la corrección de molestos errores.
Tanto NVIDIA como AMD han trabajado en esta prestación y la han lanzado al mercado. NVIDIA la ha bautizado con el nombre de G-Sync y AMD como FreeSync.
La principal diferencia entre ambas es que G-Sync es exclusiva de los monitores NVIDIA, los cuales incluyen un chip específico. Hay que tener en cuenta que estos periféricos son únicamente compatibles con tarjetas gráficas de la misma compañía.
Sin embargo, FreeSync puede ser utilizado por cualquier fabricante de monitores y no requiere exclusivamente del uso de una tarjeta gráfica AMD, ya que es compatible con algunas de las tarjetas de Nvidia.
En algunos casos, ambos incluyen también la tecnología HDR, que permite un mejor manejo de la luz y el brillo, recreando con más precisión los colores reales.
Nuestra recomendación: para evitar problemas durante cualquier partida, recomendamos comprar un monitor que cuente con una tecnología de sincronización adaptativa. En cuanto a la calidad de la experiencia de usuario, hoy en día ambas propuestas están a la par, pero las dos cuentan con distintas certificaciones: por un lado tenemos G-Sync Compatibility, G-Sync y G-Sync Ultimate, por el otro contamos con FreeSync, FreeSync Premium y FreeSync Premium Pro. Puedes obtener más información en las páginas oficiales de AMD y NVIDIA. Hay que tener en cuenta que la propuesta de NVIDIA, G-Sync, tiene más limitaciones por lo que a la elección de monitores respecta y es más costosa. Además, está limitada al uso exclusivo de una tarjeta gráfica NVIDIA. Por tanto, si eres usuario de AMD, esta opción no es válida para ti. Por todo ello, para nosotros, la mejor opción será FreeSync de AMD, pero cada usuario es libre de decidir cuál le resulta más conveniente.
Resolución, tamaño y diseño
Otra de las características principales, ampliamente conocida por los usuarios, es la resolución. Esto se refiere al número de píxeles que existen por pulgada. A mayor resolución, mayor precisión de la imagen. Suele expresarse en la notación píxeles a lo ancho x píxeles a lo alto. Por ejemplo, en el caso del Full HD es 1920 x 1080p, o 2560 x 1440p para 2K. Aquí es importante también tener en cuenta el tamaño del monitor, pues si es demasiado pequeño no se apreciarán cambios notables entre una resolución y otra.
El tamaño de la pantalla suele expresarse en pulgadas (‘’) medidas a lo largo de la diagonal de la misma. Para obtener la medida en centímetros, únicamente tendremos que multiplicar el número de pulgadas por 2,54.
Los monitores ultrawide o ultra-anchos son aquellos que tienen mayor anchura de la habitual, con una proporción de 21:9, frente a la 16:9 de los normales.
Existen modelos que ofrecen pantallas curvas que aseguran reducir la fatiga ocular y una transmisión de las imágenes más realista.
Nuestra recomendación: en primer lugar, recomendamos tener en cuenta el espacio del que se dispone para situar el monitor y medir la distancia a la que nos vamos a encontrar de él. Una vez hecho esto, los tamaños aconsejados según la distancia del usuario al monitor son:
- 21-24’’: 50-60 cm.
- 22-27’’: 60-70 cm.
- 24-32’’: 70-80 cm.
- 27-35’’: 90-100 cm.
- 32’’ o más: más de 100 cm.
Por otro lado, la resolución aconsejada según el tamaño es:
- 23-24’’: 1920 x 1080p (Full HD)
- 26-28’’: 2560 x 1440p (2K)
- 32’’: 3840 x 2160p (4K)
- 25-29’’ ultrawide: 2560 × 1080p.
- 34’’ultrawide: 3440 × 1440p.
- 38’’ ultrawide: 3440 × 1440p.
¿Qué debes tener en cuenta y cuáles son nuestras recomendaciones de compra?
Como hemos visto, el análisis del monitor gaming perfecto no es sencillo. Hay que tener en cuenta muchos factores. A continuación, una lista a modo de resumen de todos ellos:
- Elevada tasa o frecuencia de refresco.
- Tiempo de respuesta cercano a 1ms. Revisar, si es posible, las mediciones GtG y MPRT.
- Para gaming no competitivo, panel IPS. En el caso del competitivo, panel TN.
- Mínimo versión 2.0 HDMI.
- Tecnología VVR (G-Sync o FreeSync) con tecnología HDR.
- Tamaño según distancia al usuario.
- Resolución según tamaño.
Algunas opciones de compra: