Psicología y videojuegos: por qué nos gustan tanto
¿Alguna vez te has preguntado qué mecanismos intervienen para que nuestro cerebro disfrute tanto los videojuegos, ya sea en la computadora, una consola o incluso en dispositivos móviles? Esto tiene que ver con el llamado sistema de recompensa. Si quieres saber más, sigue leyendo.
¿Qué es el sistema de recompensa?
El sistema de recompensa del cerebro consiste en un grupo de regiones cerebrales que se encargan de la cognición relacionada con la recompensa o, en otras palabras, el placer (y otras emociones positivas), la motivación, el deseo y el aprendizaje asociativo. Esa parte del cerebro se activa cuando recibe un estímulo gratificante, lo cual conlleva a la liberación de dopamina.
¿Y qué es la dopamina? Es un neurotransmisor —una molécula que actúa como mensajero entre las neuronas y regiones del cerebro—, que viaja por (cuatro) vías dopaminérgicas, dos de las cuales se consideran parte del sistema de recompensa. Esta molécula anticipa la sensación de placer y satisfacción, por lo cual el mensaje para tu cerebro es claro: lo que estás haciendo es genial. Algunas experiencias, como el consumo de drogas, generan una liberación importante de dopamina. No obstante, el umbral de placer se eleva con el tiempo y exige más sustancia para conseguir el mismo efecto. Como podrás imaginarlo, este es el escenario típico de las adicciones.
En resumen, una experiencia gratificante activará el sistema de recompensa y hará que se libere una cantidad de dopamina superior a la habitual. En este contexto, la dopamina influye en la excitación, la toma de decisiones, el deseo y el comportamiento dirigido a un objetivo. Cabe mencionar que hay otros neurotransmisores que intervienen en el sistema de recompensa, pero para simplificar el tema, vamos a quedarnos aquí. Es importante señalar que, según investigaciones recientes, la dopamina no causa por sí misma el placer, sino que participa en la codificación de los recuerdos de las recompensas (cómo y cuándo obtenerlas), y se libera justo antes de conseguirlas.
¿Cuál es la relación entre la dopamina y los videojuegos?
De acuerdo con esta investigación, los videojuegos están asociados a la liberación de dopamina, ya que se trata de una actividad motora dirigida a un objetivo. Si bien existen diferentes tipos de videojuegos, hay un factor básico y común entre ellos: es necesario progresar en el juego para obtener una recompensa o algo gratificante. Así las cosas, podemos hablar de una experiencia dirigida a un objetivo.
Otro aspecto por considerar es la jugabilidad en los videojuegos, que varía de un título a otro. Algunos te harán luchar bastante antes de alcanzar el éxito (como la trilogía Dark Souls) y otros te darán una recompensa casi inmediata como Candy Crush. Aunque no existen investigaciones específicas sobre Dark Souls o Candy Crush, podemos imaginar o suponer cuáles son los mecanismos detrás de estos juegos. En el primer caso, la sensación de satisfacción podría ser mayor después de luchar durante un largo periodo de tiempo (por favor, no digas “Git Gud”), y el placer se podría asociar a una activación importante del sistema de recompensa. En el segundo caso, la dificultad es menor, pero la gratificación es más frecuente, por lo cual el sistema de recompensa se mantiene activado durante más tiempo.
Dicho lo anterior, encontramos que el elemento común es el siguiente: nuestro cerebro ama la gratificación y cuando un determinado comportamiento es recompensado, tiene tendencia a persistir en el mismo. Esta es una de las razones por las que puede que no disfrutes tanto al jugar Dark Souls...Debido a su nivel de dificultad, es posible que nunca recibas la recompensa.
¿Todo se reduce a una cuestión de química cerebral?
Es natural que te preguntes si la afición a los videojuegos se resume en una cuestión de química cerebral. Y la respuesta es que es más complejo de lo que parece. Si bien es cierto que la dopamina es un factor importante, no es lo único que interviene. También es necesario considerar las experiencias previas con los juegos, las preferencias y la importancia que tienen ciertos elementos de un videojuego para una persona (por ejemplo los gráficos, la historia o la banda sonora). Ahora bien, estos factores solo tienen en cuenta al juego como tal. Sin embargo, es igualmente importante recordar que nuestros cerebros son diferentes y, por lo tanto, no reaccionan de la misma forma. Por estos motivos, se concluye que la afición a los videojuegos es un asunto multifactorial.
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