La inteligencia artificial será uno de los principales contaminantes en 2030
Según un estudio de la Universidad de Cambridge, los efectos de la IA en el medio ambiente están siendo subestimados.
La inteligencia artificial ha revolucionado en los últimos años nuestra manera de trabajar, investigar información y usar el internet. Desde textos e imágenes generados según nuestras instrucciones hasta recomendaciones personalizadas, esta tecnología se hace cada vez más presente en nuestro día a día.
Sin embargo, el costo de ello no es únicamente el tiempo que pasamos usándola o los empleos que podrían desaparecer gracias a estas herramientas. Según un estudio reciente, la IA estará entre los principales contaminantes a nivel global en 2030.
Tras una investigación conjunta de la Academia de ciencias de China y la Universidad de Cambridge, se ha publicado en un artículo de la revista Nature Computational Science un análisis minucioso del impacto que tendrá la inteligencia artificial en el desecho de componentes electrónicos durante los próximos años.
El resultado es aterrador: en un lapso de 6 años, la IA generará entre 1,2 y 5 millones de toneladas de basura. Para ponerlo en perspectiva, esto equivaldría a 20 mil millones de smartphones o 10 mil millones de iPhones. En la actualidad, se estima que hay 8,5 mil millones de smartphones en circulación en todo el planeta. Una cifra que resulta alarmante para la comunidad científica.
En la actualidad,estos residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE ) consisten en electrodomésticos, pantallas y teléfonos inteligentes que ya no se utilizan. Pero dentro de unos años, la mayoría de los RAEE serán tarjetas y chips informáticos. Los RAEE suelen contener mercurio o gases de efecto invernadero, y las consecuencias medioambientales de la fabricación de estos aparatos son enormes.
En 2023, la inteligencia artificial ha generado 2.600 toneladas de RAEE. Esta cifra podría multiplicarse por 1.000 en los próximos años si no se toman medidas para limitar el impacto medioambiental de la IA.
La comunidad científica se enfoca actualmente en encontrar soluciones para este problema. Una de ellas podría ser el reutilizar componentes electrónicos para alargar la vida de los dispositivos y servirse de una economía circular.