Científicos descubren restos de un planeta alienígena que podrían explicar nuestro origen

Científicos descubren restos de un planeta alienígena que podrían explicar nuestro origen

Con el descubrimiento de masas de roca extraterrestre, pronto podríamos saber más sobre la creación de nuestro planeta.

Uno de los enigmas que ha preocupado por igual a geofísicos, géologos y astrónomos ha sido el origen de nuestro planeta. Y es que, dentro del sistema solar, es el único que tiene las condiciones necesarias para albergar vida. Aunque han existido diversas teorías desde hace siglos (e incluso historias que datan de las primeras civilizaciones), hasta hace relativamente poco no se trataba más que de especulaciones.

Sin embargo, todo esto cambió a partir de los años ochenta. Un grupo de geofísicos hizo un descubrimiento insólito al medir las ondas sísmicas que atraviesan la Tierra. Y es que, cerca del centro del planeta,  se encuentran dos enormes masas de materia rica en hierro. Además, cada una tiene dos veces el tamaño de la Luna y está compuesta por elementos diferentes a los del manto rocoso que rodea la Tierra. La conclusión fue unánime: estos dos "continentes" dentro de la Tierra proceden en realidad de otro lugar, aunque en aquel entonces era imposible determinar de dónde.

Fue hasta 2019 que Qian Yuan, un geofísico de origen chino, asistió a una conferencia impartida por el profesor  Mikhail Zolotov donde se habló sobre la formación de la Luna, exponiendo la teoría más comúnmente aceptada: fue el resultado de una colisión entre la Tierra y un planeta del tamaño de Marte llamado Theia o Tea, hace aproximadamente 4.4 millones de años, hasta el momento sin que tuviéramos rastro de ello. Es entonces que Yuan tuvo una brillante idea ¿Y si las masas de roca cerca del núcleo de la Tierra fueran los restos del planeta Theia?

Para averiguarlo, el geofísico y su equipo realizan simulaciones avanzadas parametrando la composición química de Theia y las posibles consecuencias del impacto de Tea en el nuestro a nivel geológico. Los experimentos son contundentes al arrojar que tanto la formación de nuestro satélite como la composición de la Tierra y la presencia de "rocas alienígenas" puede explicarse por medio de este fenómeno.

Según demuestran las simulaciones, al momento de la colisión entre ambas masas, la energía generada por Theia se propagó por la mitad superior del manto terrestre, dejando el manto inferior de la Tierra más frío. Esto ocasionó que una parte de la roca no se fundiera por completo tras el impacto y más bien fueran descendiendo hasta el centro de nuestro planeta.

Por ahora queda aún verificar la hipótesis con estudios de otros especialistas. Hasta ahora, los científicos tienen sus esperanzas puestas en la misión Artemis de la NASA para explorar la superficie lunar. Una vez en la Luna, el objetivo será recuperar trozos del manto rocoso y comparar su composición geoquímica con la de la masa de hierro enterrada en la Tierra. Si coinciden los resultados, quedaría demostrado que nuestro planeta guarda aún los vestigios de un planeta desconocido que ayudó a dar origen al nuestro.