¿Será tu teléfono el siguiente en explotar? Descubre cómo evitarlo
Nuestro teléfono podría tener hardware defectuoso sin que lo sepamos. Esto es lo que debes saber para evitar que tu teléfono se convierta en humo y te cause heridas graves.
La realidad es que los teléfonos celulares a veces explotan. Hace unos meses se reportó el incendio de un iPhone 4 mientras se cargaba en la noche. En India incluso murió un niño cuando un Redmi Note 5 explotó en su cara. Además, el pasado mes de julio la explosión del smartphone de un hombre durante un vuelo de Air India provocó un aterrizaje de emergencia. Sumado a esto, recordemos el fiasco del polémico Samsung Galaxy Note 7 por las explosiones de sus baterías hace unos años.
La mayoría de las veces un teléfono explota por problemas con su batería. Los dispositivos modernos tienen baterías de iones de litio con un muy cuidado equilibrio de electrodos positivos y negativos para facilitar su recarga. Si este equilibrio se pierde, puede ocurrir una reacción que hace que la batería genere más calor y se incendie o simplemente explote.
Lo anterior sucede por varias razones, pero el calor excesivo es la más común. Un smartphone se puede sobrecalentar por un daño físico, tras una caída o al recibir demasiada presión, que podría alterar el funcionamiento de la batería. Asimismo, si dejas tu teléfono mucho tiempo bajo el sol, tienes un malware que sobrecarga la CPU o hay alguna carga fallida, se puede producir un corto circuito en tu smartphone. También recuerda que las baterías se degradan con el tiempo, como sucedió con el iPhone 4 que se incendió. Así que si llevas años usando tu teléfono, ten en cuenta que sus componentes se pueden deteriorar, inflar y sobrecalentar.
¿Y qué señales te da tu teléfono antes de explotar? Puede que ninguna, pero presta atención a sonidos inusuales como silbidos o chasquidos que vienen de tu smartphone y al olor a plástico o productos químicos quemados. Si percibes algo así, no acerques tu cara al teléfono, pues podría estar a punto de explotar. Además, fíjate si está muy caliente al tacto, especialmente cuando lo cargas. En ese caso, desenchúfalo inmediatamente.
Verifica si la batería está inflada —un indicio de daño o degradación— y si hay algún cambio en la forma de tu dispositivo, como una pantalla protuberante, una ranura más abierta o una superficie abultada. Como muchos smartphones no permiten retirar la batería, si sospechas que algo no está bien, apaga tu teléfono y llévalo enseguida al servicio técnico. Ahora bien, si se trata de un defecto de manufactura, no hay mucho que puedas hacer. Lo mismo aplica para equipos antiguos cuya batería ya se degradó naturalmente con el tiempo por el uso y, por lo tanto, necesita un remplazo.
¿Quieres prolongar la vida de tu batería? Comienza por usar una funda con un borde alrededor para proteger bien tu teléfono. No es algo común, pero una caída puede dañar la batería del móvil. Le ocurrió a un dispositivo manufacturado en China, que se cayó del mesón de una cocina al suelo y, después de emitir un olor a químico, se encendió en llamas en cuestión de minutos.
También evita las temperaturas extremas. La batería de tu teléfono está optimizada para funcionar entre 0°C y 35°C. Exponerla frecuentemente a más frío o más calor solo alterará sus componentes internos y causará daños a largo plazo. Por otra parte, no cubras tu smartphone ni lo pongas en tu cama mientras se está cargando. Puedes correr el riesgo de dormirte sobre él, haciendo que se sobrecaliente y, además, te queme y deje de funcionar. Lo mejor es colocarlo sobre una superficie dura y plana como una mesa.
Para mantener tu batería en el mejor estado posible y retrasar su deterioro natural, mantén la carga entre el 30% y el 80% (no tiene que estar siempre al 100%) y, de preferencia, no cargues tu teléfono en la noche. Usar el cargador adecuado es igual de importante, por lo que se recomienda utilizar el que venía en la caja del equipo o buscar uno del mismo fabricante. Sabemos que es tentador usar uno más económico para ahorrar dinero, pero adaptadores y cables de diferentes marcas varían en voltaje y eso puede arruinar tu batería. Y recuerda cuidar tu cable: uno deshilachado o derretido puede ocasionar un incendio.
Por último, pásale un antivirus a tu teléfono. Un malware podría ser el culpable de sobrecalentar tu equipo. Si se congela o ralentiza sin motivo, se calienta demasiado o te aparecen ventanas pop-up a cada rato, podría estar infectado de malware. Y al igual que con los cables, si llevas tu smartphone a un centro de reparación, no sobra decir que es fundamental que uses partes autorizadas, sobre todo si vas a remplazar la batería. Alguna parte de terceros puede representar un riesgo.