Guarda tus cebollas aquí: Durarán meses
Las cebollas son un alimento básico en la cocina, pero tienen un gran inconveniente: se estropean rápidamente. Por suerte, hay una forma sencilla para que duren meses.
Con la llegada del otoño, aumentan las ganas de comer platos reconfortantes cocinados a fuego lento. Muchas de estas recetas tradicionales requieren un ingrediente básico: la cebolla. Ya sean blancas, amarillas o rojas, son imprescindibles en platos como sopas, guisos y mucho más. Pero a pesar de su versatilidad culinaria, las cebollas no siempre duran tanto como nos gustaría. A las pocas semanas, o incluso días, de comprarlas, pueden brotar, reblandecerse, ennegrecerse o enmohecerse, y a menudo acaban en la basura.
¿Los culpables? La humedad y el frío. Mucha gente cree que guardar las cebollas en la nevera es una buena idea, pero en realidad es un error muy común. El ambiente húmedo del frigorífico acelera el reblandecimiento y estropea las cebollas en un abrir y cerrar de ojos. Las bajas temperaturas también aceleran su deterioro. Entonces, ¿dónde guardarlas para alargar su vida útil?
La clave está en tres sencillas palabras: secas, frescas y ventiladas. Si se conservan en las condiciones adecuadas, las cebollas pueden durar hasta seis meses. En lugar del frigorífico, considere la posibilidad de utilizar una despensa con circulación de aire, un armario oscuro, un sótano o incluso un garaje con ventilación adecuada. Estos lugares permiten la circulación del aire, una temperatura estable y, lo que es más importante, la sequedad.
Y no olvides el método de almacenamiento adecuado. Evita las bolsas de plástico, que atrapan la humedad. En su lugar, utiliza bolsas de malla o redes para que circule el aire. Si no dispones de ellas, un cuenco seco en la encimera te servirá para almacenarlas a corto plazo.
Otro consejo: mantén las cebollas alejadas de las patatas. Las patatas emiten gas etileno (huele dulce y almizclado) que hace que las cebollas broten más rápido. Sin embargo, el ajo puede almacenarse con las cebollas sin ningún problema porque ni el ajo ni las cebollas emiten gas etileno.
Otra forma de alargar la vida de las cebollas es controlarlas regularmente y retirar las que empiecen a brotar o ablandarse para evitar que estropeen otras. Si te encuentras con demasiadas cebollas maduras, considera la posibilidad de picarlas y congelarlas para poder utilizarlas cuando convenga.