Utilizar rascacielos para almacenar energía eléctrica: el sorprendente proyecto de estos ingenieros
Ingenieros y arquitectos de una conocida empresa planean utilizar los rascacielos como baterías gigantes para almacenar electricidad utilizando la gravedad. Una idea sencilla pero revolucionaria.
Imagina una ciudad futurista en la que los rascacielos no sólo sirvan de viviendas u oficinas, sino también de gigantescas baterías capaces de almacenar energía. Esto no es ciencia ficción. Renombrados ingenieros y arquitectos de Skidmore, Owings & Merrill (SOM) -que diseñaron el famoso Burj Khalifa de Dubai- en colaboración con Energy Vault, empresa especializada en almacenamiento de energía, trabajan actualmente en esta idea revolucionaria.
El concepto se basa en una antigua técnica de almacenamiento de energía por gravedad. SOM planea construir rascacielos que incorporen un sistema llamado GESS (Gravity Energy Storage System), que funciona de forma sencilla e ingeniosa. Cuando se dispone de un exceso de energía, se utiliza para elevar una masa pesada hasta la parte superior del edificio. Y cuando se necesita energía, este peso se libera, descendiendo gracias a la gravedad e impulsando un generador que produce electricidad. Para entenderlo, imagina un ascensor muy pesado que subes cuando te sobra electricidad, y que bajas para producir electricidad cuando la necesitas. Este proyecto, llamado EVu, promete transformar los rascacielos en auténticas centrales eléctricas urbanas.
Según SOM y Energy Vault, esta tecnología podría almacenar varios gigavatios-hora de energía, suficiente para alimentar no sólo el rascacielos en cuestión, sino también los edificios vecinos. Esto ofrecería una solución innovadora y respetuosa con el medio ambiente para las ciudades del mañana, reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles y mejorando su resistencia energética.
Al mismo tiempo, se está desarrollando otro proyecto denominado EVc. Se basa en el principio del almacenamiento por bombeo, similar al utilizado en las centrales hidroeléctricas. En este caso, el agua se bombea a la parte superior del rascacielos cuando hay exceso de energía, y luego se libera para hacer girar las turbinas y generar electricidad en el descenso. Es como convertir un rascacielos en una cascada gigante.
Aunque prometedores, estos proyectos presentan retos considerables. La construcción de torres capaces de soportar pesos enormes es compleja y costosa. Los rascacielos tendrán que ser lo bastante fuertes para izar y sostener estas masas en el aire. Además, el espacio necesario en el interior del edificio para estos sistemas de almacenamiento podría limitar su uso como edificios residenciales o de oficinas tradicionales.
A pesar de ello, la idea de transformar los rascacielos en baterías gigantes es atractiva. Forma parte de un esfuerzo más amplio por encontrar soluciones sostenibles e innovadoras para las ciudades del futuro.