¿Dónde se almacenan nuestros recuerdos? No sólo en el cerebro
¿Dónde registramos y guardamos nuestros recuerdos? Una investigación reciente demuestra que nuestra memoria se extiende mucho más allá de nuestro cerebro.
A la pregunta de dónde se encuentra la memoria, todos responderemos de manera inequívoca. En el cerebro. Te sorprenderá saber que las últimas investigaciones científicas demuestran que esto no es del todo cierto. Más precisamente, no sólo el cerebro, sino todo el cuerpo humano es un depósito de recuerdos.
Los humanos somos criaturas complejas y los científicos están aprendiendo, en pequeños pasos, más sobre cómo funciona nuestra mente. Un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications trastoca nuestra comprensión de la naturaleza de la memoria, demostrando que la capacidad de recordar no es una función exclusiva del cerebro, sino una propiedad de todas las células del cuerpo.
Se ha demostrado que estudiar sin parar es menos eficaz que aprender material nuevo de forma intermitente. Pero ¿qué pasaría si este principio funcionara no sólo a nivel de las redes neuronales, sino más profundamente, a nivel celular? Ésta fue la pregunta que se hizo un equipo científico de la Universidad de Nueva York.
Los científicos llevaron a cabo una serie de experimentos con dos tipos de células humanas no asociadas con el cerebro: células del tejido nervioso y células renales. Al influir en ellos con señales químicas especialmente seleccionadas que hacían el trabajo de los neurotransmisores, los investigadores descubrieron algo sorprendente. Al recibir estas señales, las células activaban un gen similar al que se activa en las neuronas durante la formación de la memoria. Cuando las señales se dieron de forma intermitente, el gen se activó significativamente más fuerte y durante más tiempo que cuando las señales se dieron de forma continua.
Los científicos llamaron a esto el "gen de la memoria". Según su versión, el aprendizaje de forma intermitente no es sólo una característica del cerebro, sino un mecanismo biológico más fundamental inherente a diferentes tipos de células. Este descubrimiento aporta una nueva comprensión de la memoria humana y su lugar en el cuerpo. Resulta que nuestra memoria no está controlada únicamente por el cerebro.
Si cada célula es una especie de dispositivo de almacenamiento de memoria, entonces el cuerpo nos aparece como una red compleja de "portadores de memoria" que interactúan, y no como un sistema controlado únicamente por el cerebro. Esto abre nuevas oportunidades para desarrollar métodos más eficaces para combatir el deterioro de la memoria y crear métodos de enseñanza más eficaces.