Investigadores han descubierto, después de miles de años, por qué las pirámides de Egipto se construyeron en el mismo lugar, una al lado de la otra
Ahora sabemos que se esconde tras la misteriosa localización de las pirámides.
Las pirámides construidas en Egipto entre el 2550 y el 2490 a.C. han sido desde hace varios siglos un tema de investigación apasionante para muchos. Aunque en la actualidad sabemos más sobre su ingeniería e importancia cultural, no se había develado uno de sus más grandes misterios, hasta ahora.
Hasta hace un tiempo no se sabía por qué se habían construido 31 pirámides en la franja de Ahramat, en medio del desierto. Sin embargo, la revista científica Communications Earth & Environment acaba de publicar un artículo que podría explicar por qué estas pirámides, incluidas las de Giza y Lisht fueron planeadas y construidas de esta manera.
Todas estas pirámides se construyeron durante un período de casi 1.000 años, comenzando hace unos 4.700 años, cuando el cauce del Nilo era más grande que hoy y en algunas áreas se extendía en varios brazos, según la evidencia sedimentaria colectada.
Los autores del estudio creen que una gran acumulación de arena arrastrada por el viento y asociada con una gran sequía que comenzó hace 4.200 años podría explicar la migración hacia el este del brazo de agua de Ahramat y su posterior sedimentación.
Eman Ghoneim, investigadora principal de la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, Estados Unidos, y su equipo estudiaron imágenes satelitales para descubrir la posible ubicación de este antiguo brazo del Nilo, que fluía al pie de la meseta desértica occidental de Egipto, muy cerca a los campos que circundaban a las pirámides.
Luego, los científicos tomaron estudios geofísicos para analizar muestras de suelo, confirmando la existencia de sedimentos fluviales y canales antiguos bajo la superficie, lo que indica la presencia, en ese entonces, de un antiguo brazo del Nilo, el Ahramat.
Este descubrimiento explicaría por qué los campos piramidales se concentraban a lo largo de una franja de desierto, situada cerca de la antigua capital egipcia de Menfis. En el momento de su construcción, ambas zonas eran accesibles por vías fluviales.
Los autores del estudio también descubrieron que se podía llegar a muchas de las pirámides por caminos pavimentados que terminaban en las orillas del brazo de Ahramat, lo que indica que el río también se utilizaba para transportar materiales de construcción.
Estos descubrimientos enfatizan la importancia del Nilo como "autopista" y arteria cultural para los antiguos egipcios, y también resaltan la forma en que las sociedades humanas se vieron históricamente afectadas por los cambios ambientales.