¿Es seguro dormir con el aire acondicionado encendido? La opinión de los expertos
Durante las olas de calor del verano, muchas personas confían en los aparatos de aire acondicionado para aliviarse del calor y a menudo los dejan encendidos durante la noche para dormir mejor, pero ¿es seguro?
Las altas temperaturas del verano pueden dificultar el sueño nocturno. Utilizar un aparato de aire acondicionado puede ayudar, pero hay varios factores a tener en cuenta antes de dejar el aire encendido durante la noche, según István Stuller, experto técnico de Gree air conditioners.
Para dormir cómodamente, la temperatura ambiente debe rondar entre los 22 y los 26 °C, aunque las preferencias personales pueden variar. Las temperaturas superiores a 26 °C pueden ser demasiado cálidas para un sueño reparador. También es crucial evitar una diferencia significativa entre las temperaturas interior y exterior para evitar un estrés innecesario en el cuerpo.
Los expertos recomiendan ajustar el aire acondicionado a un nivel confortable, evitando los extremos. En verano, basta con una diferencia de 8-10 °C respecto a la temperatura exterior. En invierno, el objetivo es alcanzar los 22-25 °C durante el día, con temperaturas ligeramente más bajas por la noche para dormir.
Una ventilación adecuada es esencial para evitar el aire seco del aire acondicionado, que puede irritar las vías respiratorias. Un humidificador puede ayudar a mantener los niveles óptimos de humedad. Para evitar resfriados o calambres musculares, ajusta la dirección del flujo de aire para que no te dé directamente y garantice una distribución uniforme del aire. Además, utiliza las funciones del aire acondicionado, como temporizadores y modos nocturnos, para ahorrar energía y aumentar el confort.
Limpiar regularmente los filtros del aire acondicionado es importante para evitar la acumulación de polvo y alérgenos, que pueden causar problemas respiratorios. También se recomienda que un profesional lo revise cada año.
Una habitación demasiado fría puede provocar problemas de salud, como resfriados, dolores de garganta e incluso neumonía. El aire frío también puede provocar rigidez muscular y alterar los ciclos de sueño, afectando al sueño profundo necesario para la recuperación. Hay que tener cuidado con los niños y los ancianos, que son más sensibles a los cambios de temperatura.
Para ahorrar energía, asegúrate de que el edificio está bien aislado. Utiliza temporizadores para evitar que el aire acondicionado funcione toda la noche y enfría gradualmente las habitaciones. Elige aparatos eficientes desde el punto de vista energético comprobando en la etiqueta los valores de kW/h/temporada. Invertir tiempo en elegir el aire acondicionado adecuado merece la pena a largo plazo, afirma Stuller.