Cuidado con las estafas: lo que nunca debes ordenar en tus vacaciones

Cuidado con las estafas: lo que nunca debes ordenar en tus vacaciones

Ir a restaurantes durante tus vacaciones es una de las actividades que más se disfrutan. Para no pasar un mal rato, especialmente en zonas muy turísticas, te recomendamos prestar atención a esto.

Ya sea un acogedor café en París, un restaurante de tapas en Barcelona o una auténtica trattoria en Roma, visitar restaurantes y degustar la cocina local durante las vacaciones es una de las mejores formas de conocer la cultura de un país.

Sin embargo, algunos restaurantes, especialmente en las zonas más concurridas, son verdaderas trampas para turistas, con precios altos o platos congelados. Para evitar caer en uno, te recomendamos siempre fijarte en esto.

Lo primero es nunca pedir si no has visto los precios en el menú. Si no se incluyen en el menú, no dudes en preguntar de antemano. A continuación, revisa el menú en busca de cargos extra por cubiertos o servicio, una práctica común en países como Italia. Si no tienen menús en tu idioma, puedes utilizar la app de cámara de tu móvil, que muchas veces incluye opciones de traducción, o una aplicación como el Traductor de Google.

Al pedir carnes o pescado, verifica que el precio sea por el plato y no por el peso de la pieza. En algunos sitios muestran el costo por cada 100 gramos, una sorpresa que no es del agrado de muchos a la hora de pagar. En el caso de la carne de res, los precios pueden variar si se pesa con todo y hueso, así que habrá que tener en cuenta el tipo de corte que se pide.

Si piensas pedir cócteles, también es recomendable que mires el aspecto de los que tienen otros comensales: ¿te parece que tienen demasiado hielo? En cuanto a los vinos, siempre es buena idea preguntar si tienen un vino de la casa, que es más económico, o bien mirar atentamente los precios antes de pedir. Los camareros tienden a sugerir las botellas con precios más elevados.

No está de más decir que, si un restaurante tiene demasiados platos típicos en su carta, muchos de ellos con ingredientes totalmente diferentes, es posible que varios de ellos los compren ya hechos, y simplemente se dediquen a calentarlos y emplatarlos. Esta práctica es especialmente común con los postres, que son más fáciles de almacenar por varios días. 

 

Para evitar estas estafas desde el principio, lo más seguro es mirar el restaurante en Internet antes de visitarlo, revisando el menú o los comentarios de los clientes sobre los precios y calidad del mismo.