Por qué deberías poner un rollo de papel higiénico en la nevera
Aunque suene raro, colocar un rollo de papel higiénico en el frigorífico es una gran idea. Este sencillo truco puede ayudarte a eliminar los malos olores y a ahorrar dinero.
Tu frigorífico, un electrodoméstico esencial en la cocina, necesita un mantenimiento constante. Si lo descuidas, puede tener graves consecuencias para tu salud con la acumulación de moho y malos olores. El exceso de humedad también hace que tu frigorífico consuma más electricidad, lo que repercute rápidamente en la factura de la luz con el aumento de los costes energéticos.
A la hora de limpiar un frigorífico, muchas personas recurren a desodorantes o bicarbonato sódico para combatir estos problemas. Pocas personas saben que un simple rollo de papel higiénico puede resolver estos problemas de forma eficaz y económica. Al principio, este consejo puede parecer extraño o absurdo. Pero este método podría cambiar tu forma de gestionar los olores y la humedad de tu frigorífico.
El papel higiénico tiene unas propiedades absorbentes asombrosas gracias a su composición de "guata de celulosa". Colocado en el frigorífico, actúa como una esponja, absorbiendo el exceso de humedad que favorece la proliferación de bacterias y moho. Al regular la humedad, el rollo de papel higiénico ayuda a mantener un ambiente más seco y saludable en el frigorífico, reduciendo los malos olores.
No es la única ventaja. Un frigorífico menos húmedo funciona de forma más eficiente porque el exceso de humedad obliga al aparato a consumir más electricidad para mantener la temperatura deseada. Reducir la humedad con un rollo de papel higiénico puede ayudar a ahorrar energía. Menos condensación significa menos escarcha en las paredes, lo que mejora la eficiencia energética y puede alargar la vida útil de tu frigorífico. También es aconsejable colocar un rollo en el congelador, ya que sus propiedades absorbentes evitarán la formación de escarcha y hielo.
Para probar este truco, basta con colocar un rollo de papel higiénico sin usar en un rincón de la nevera. Cámbialo con regularidad, aproximadamente una vez al mes o cada vez que se sature de humedad. Rápidamente notarás una mejora en el olor sin necesidad de utilizar productos químicos, así como una reducción en la factura de la luz.
Utilizar papel higiénico en la nevera no es la única forma de eliminar los malos olores. También puedes utilizar bicarbonato de sodio, limón, posos de café o un corcho. Por último, una alternativa al papel higiénico sería el papel de cocina, aunque su mayor tamaño podría ser restrictivo. No olvides que este método no sustituye a la limpieza regular del aparato.