En verano hay que comer más de esto: tu hígado te lo agradecerá
Si sufres de hígado graso u obesidad, puedes revertirlo con ayuda de estos alimentos.
El hígado graso es la enfermedad hepática más común en España, afectando a un cuarto de la población. Esta enfermedad no es otra cosa que un trastorno metabólico generalizado que predispone a la diabetes, la presión arterial alta, cambios en los valores de grasa en sangre y enfermedades cardíacas. Sin embargo, es posible combatir el hígado graso por medio de nuestra dieta.
Uno de los indicadores más claros de que se puede tener esta enfermedad es obesidad y acumulación de grasa en el área abdominal. Gran parte de nosotros tenemos una tendencia hereditaria al hígado graso y la obesidad comienza a aparecer cuando aumenta la circunferencia de nuestra cintura.
Para evitarlo o revertirlo en sus primeras etapas, debemos llevar una dieta que incluya varios tipos de alimentos especialmente buenos para el hígado. Al igual que el corazón y el sistema circulatorio, los alimentos de origen vegetal y ricos en fibra son buenos para este órgano: verduras, tubérculos, bayas, frutas y cereales integrales.
Según Harvard Health Publishing, los estudios han encontrado que una dieta basada en plantas como la dieta mediterránea es mejor para el hígado y previene las enfermedades degenerativas. Por otro lado, una dieta que contiene frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, nueces y aceite vegetal redujo el contenido de grasa del hígado en un 29 por ciento en un estudio publicado en la revista científica Circulation.
En 2023, las dietas basadas en plantas se asociaron nuevamente con un menor riesgo de hígado graso y un menor contenido de grasa en el hígado. Según los resultados de la investigación, se debe comer la menor cantidad posible de carne roja y productos cárnicos y, en su lugar, comer más pescado graso y aves magras.
En cuanto a los vegetales, un estudio de 2020 encontró un vínculo entre una dieta rica en vegetales crucíferos como col rizada, coliflor, brócoli y coles de Bruselas y una reducción de la grasa del hígado. El ajo es otro excelente aliado, ya que tiene propiedades que pueden proteger el hígado del daño.
Un estudio publicado el año pasado encontró que las personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico podrían beneficiarse al agregar cereales integrales, legumbres y patatas a su dieta. Todos estos alimentos contienen almidón resistente que, según las investigaciones, redujo el hígado graso y alivió el daño hepático que ya se había producido.
Muchas bayas oscuras, incluidos los arándanos, las frambuesas y la zarzamora, contienen antioxidantes llamados polifenoles, que pueden ayudar a proteger y limpiar el hígado.
Por último, no olvides que una actividad física diaria, aunque sea moderada, así como el bajo consumo de alcohol o incluso la abstinencia, serán claves para mantener tu hígado en óptimas condiciones.