Libre de mosquito incluso en exteriores con el truco inteligente del café
Es un truco económico y muy efectivo.
Con la llegada del verano vuelven también los molestos mosquitos, especialmente en parques, jardines y terrazas. Estar rodeado de ellos se vuelve muy incómodo, ya que podemos terminar con múltiples picaduras o escuchando sus zumbidos en nuestro oído. Por fortuna, existe un truco casero muy inteligente que nos ayuda a deshacernos de este problema.
La clave está en utilizar elementos que repelen de manera natural a los mosquitos. Por suerte seguro ya tienes los ingredientes para hacerlo en casa, y la verdad es que no cuesta prácticamente nada.
Por lo general, los mosquitos se sienten atraídos por el calor, el dióxido de carbono e inclusive por ciertos olores. Pero hay otras que tienen un efecto contrario y los alejan de manera natural: estamos hablando del humo y el café.
Combinando ambos, podemos obtener un poderoso repelente natural, sencillo y eficaz, comparable a un "incienso de café". Los mosquitos no querrán acercarse, mientras que nosotros podremos disfrutar de un agradable aroma, y sobre todo de una velada libre de molestias. ¿Y lo mejor de todo? ¡También funciona contra las avispas!
Por si fuera poco, tampoco es necesario utilizar café fresco recién molido cada vez: puedes utilizar los pozos viejos y secos de tu café de la mañana. De este modo, estarás reutilizando lo que ya tienes en lugar de gastar ingredientes nuevos.
Para hacerlo, necesitarás café molido, un plato de barro, papel aluminio y cerillas. El café debe estar completamente seco al momento de usarlo, pero no debes dejarlo secar al sol para que conserve sus aromas. Cubre un bol de barro o cerámica con papel aluminio y coloca el café. Luego, quemarlo con las cerillas hasta que empiece a despedir humo.
Por último, solo queda colocarlo en la mesa de la terraza o en el sitio que quieras. Solo queda mirar como los mosquitos se alejan al instante.
Si quieres aumentar el efecto repelente, también puedes colocar en la misma zona un difusor de aceites esenciales con unas gotas de aceite de limón o citronella, ya que los aromas cítricos también funcionan como repelente.