A una profundidad de 6200 m, en el océano en Rusia, se encontró un asqueroso parásito - Ahora el misterio ha sido resuelto
El parásito se localizó por primera vez a partir de su secuencia genética. Ahora por fin lo han visto.
Hace ocho años, en el verano de 2016, una expedición de investigación ruso-alemana capturó un caracol marino de la familia Velutinidae a 6.200 metros de profundidad en la tumba de las Islas Kuriles, frente a las costas del Pacifico de Rusia.
El descubrimiento parecía insignificante al principio, pero un análisis de la secuencia genética realizado por un grupo de investigación japonés reveló más tarde una sorpresa.
El ADN del molusco atrapado en la red reveló que contenía larvas de un gusano hasta ahora desconocido.
Inicialmente se identificó como perteneciente al género Lepidapedon , de la clase de las tenias (Trematoda), pero al poco tiempo se descubrió que se trataba de una nueva especie. Además, se trata del espécimen de los anquilostomas encontrado a mayor profundidad, según reportó Tsuyoshi Takano, jefe del equipo de investigación.
Ahora, otro grupo japonés liderado por Tsukasa Waki dice haber encontrado concretamente esta enigmática especie en el género Lepidapedon . El pez fue capturado a una profundidad de unos 1050 metros, y los gusanos encontrados dentro de él corresponden con la secuencia descubierta anteriormente. La especie recibió el nombre científico de Lepidapedon oregonense .
Un artículo científico publicado en el Journal of Helminthology confirma que la sección de información analizada muestra que el gusano mide aproximadamente un centímetro de largo. Esta especie vive de manera parasitaria en peces de las profundidades, y no se ha encontrado en otros animales. Al menos hasta ahora, no se ha demostrado que Lepidapedo oregonense infecte a los humanos, afirma el comunicado de prensa.
Este tipo de gusanos planos es bastante simple. Tienen músculos, nervios y sistema digestivo, pero no cavidad corporal, pulmones ni columna vertebral, y tampoco circulación sanguínea cerrada, sino abierta como en los insectos. En este sentido son similares a gusanos parásitos que conocemos, como las tenias, que pueden vivir dentro de los mamíferos, incluyendo a los humanos.