La inteligencia artificial nos muestra cómo seremos dentro de 1.000 años y no te gustará la imagen

La inteligencia artificial nos muestra cómo seremos dentro de 1.000 años y no te gustará la imagen

Las imágenes dan mucho de qué pensar.

El auge en el desarrollo de la inteligencia artificial o IA está causando preocupación en cada vez más personas, desde activistas y académicos hasta padres de familia o sencillamente usuarios de internet. Las posibilidades que nos brinda son muchas, y esto apenas es el inicio.

Aunque la inteligencia artificial recientemente ha jugado pasadas como engañar a la madre de Katy Perry haciéndole creer que estaba en la Met Gala cuando no era así, se teme que en el futuro su uso nos traiga más problemas para los que no estamos preparados. Y es que el avance de la tecnología brinda la oportunidad de entrar en un nuevo territorio que aún no conocemos del todo bien.

Se pidió al programa de generación de imágenes por inteligencia artificial Midjourney que hiciera algunas predicciones de cómo se estima que seremos dentro de 1.000 años, tomando en cuenta nuestro uso cada vez mayor de los ordenadores y otras tecnologías. Lamentablemente, los resultados que arrojó dicha IA son bastante aterradores.

© Midjourney

En primer lugar, todo apunta a que en un futuro estaremos más conectados que nunca, llegando a implantarnos cables y microchips en el cuerpo, incluso hasta cubrirnos la cara. Esencialmente la inteligencia artificial ha decidido que nuestro aspecto humano estará subordinado a la tecnología y su uso cotidiano.

 

Esto tiene algunas implicaciones bastante inquietantes para nuestra relación con ella durante este milenio, ya que la aterradora imagen parece mostrarla envolviéndonos para siempre. Quizás llegará el momento en que no quedarán personas "limpias" de tecnología, lo cual nos lleva a preguntarnos el lugar que le daremos en la organización de nuestra sociedad.

El hombre del año 3000 parece haber sacrificado la piel de su rostro para dejar espacio a toda esta tecnología futurista. En una segunda imagen, la IA se apega a su siniestra predicción, presentando de nuevo un rostro que asemeja más bien a un híbrido entre humano y androide.

Entre los resultados hay una pequeña porción de caras normales y luego están estas personas futuristas con un aspecto por demás aterrador. Aunque dentro de 1.000 años ninguno de nosotros estará vivo, esperemos que el futuro no sea tan siniestro como los rostros de estas personas.