"La peor pesadilla", dijo una mujer que descubrió un AirTag extraño en el zapato de su hijo
Tras varios días con la impresión de que alguien seguía a su hijo, sucedió algo inesperado.
El pequeño accesorio localizador de Apple conocido como AirTag puede resultar sumamente práctico si queremos encontrar un artículo que no podemos darnos el lujo de perder, como las llaves de casa o el equipaje en un aeropuerto, o bien para colgarlo del collar de nuestra mascota y evitarnos un mal rato. Pero, como podrás imaginar, este tipo de tecnología también se presta para usos indebidos, por ejemplo, para acosar a una persona.
Para evitar este tipo de problemas, Apple ha implementado una medida de seguridad. Ahora, si te encuentras cerca de un AirTag que no tengas registrado en tu móvil, recibirás una notificación en tu iPhone advirtiéndote al respecto. Fue precisamente lo le que ocurrió a Jackie Giurle, una mujer de Satellite Beach, Florida, a finales del año pasado.
La primera notificación de un localizador de Apple en sus alrededores se produjo poco después de visitar el desfile navideño en la local Jackson Avenue. No pasó mucho tiempo antes de que sospechara que alguien estaba siguiendo a su hijo de siete años, Aidan, cuando vio un mapa en su teléfono con ubicaciones que coincidían con los lugares que visitó después del espectáculo. Por ello, comenzó a investigar por qué y cómo alguien lo estaba observando en tiempo real.
En su intento por descubrirlo, registró toda la ropa, juguetes y pertenencias de su hijo. La búsqueda que duró casi un mes finalmente tuvo éxito. Giurle, que nunca había tenido un AirTag, encontró uno en el zapato de su hijo. Había un agujero en su suela que ocultaba el misterioso AirTag. Sin embargo, el enorme alivio fue rápidamente reemplazado por el pánico. Comenzó a preguntarse por qué y quién lo escondió en el zapato.
Fue entonces se puso en contacto con la oficina del sheriff local. Luego, los investigadores se pusieron en contacto con Apple para obtener la dirección del propietario del misterioso AirTag. Por fortuna, pronto quedó claro que no se trataba en absoluto de un caso de acoso, sino de una inocente coincidencia. Todo empezó con una visita al desfile navideño. Lo visitaron dos madres y sus hijos que accidentalmente intercambiaron zapatos en una de las atracciones.
Al salir del castillo hinchable, Aidan se puso por error los zapatos de otro niño. Como se supo más tarde, pertenecían a un niño de Oklahoma que estaba de vacaciones en Satellite Beach con sus padres. Ellos fueron quienes "siguieron" los movimientos de Aidan, pero ellos mismos no tenían idea de qué estaba pasando. Finalmente, Giurle se sintió aliviada cuando le explicaron todo y pudo estar segura de que su hijo estaba a salvo.