Según un estudio, uno de cada diez programadores no hace casi nada en el trabajo
Hoy en día se habla mucho de cómo la inteligencia artificial amenaza a los programadores con la pérdida de empleo. Un estudio podría proporcionar más razones para recortar personal.
El trabajo de programador atrae a muchos por sus perspectivas profesionales y altos salarios. Sin embargo, se trata de un trabajo bastante minucioso, durante el cual te sientas durante horas frente a una pantalla y resuelves problemas complejos. Sorprendentemente, un estudio reciente encontró que no todos los trabajadores en este campo trabajan duro.
Investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, analizaron la eficacia de más de 50.000 desarrolladores de varios cientos de empresas que les dieron acceso a su base de datos de trabajo. Utilizando un algoritmo especial, llegaron a la conclusión de que el 9,5% de los programadores, es decir, casi uno de cada diez, no hace prácticamente nada en el trabajo.
Resulta que estos especialistas "fantasmas" realizan una cantidad mínima de tareas, pero reciben un salario como el resto de sus colegas. Según el autor del estudio, Yegor Denisov-Blanch, que publicó los resultados preliminares en la red social X, estos empleados "fantasmas" trabajan tanto de forma remota como en oficinas.
Parece lógico que los investigadores hayan encontrado la mayor cantidad de "fantasmas" entre quienes trabajan de forma remota: el 14%. En empresas con formato de trabajo híbrido, los investigadores encontraron que el 9% de los programadores no se molestan mucho con su trabajo. Entre los que tienen que ir a la oficina todos los días, hay menos "fantasmas", sólo el 6%.
Los autores del estudio sugieren que despedir a estos empleados no afectará de ninguna manera la productividad, pero permitirá a las empresas ahorrar en salarios. Estiman que eliminar los "fantasmas" ahorraría a las empresas alrededor de 11.600 millones de dólares al año.
Sin embargo, los autores del estudio reconocen que aún queda mucho por estudiar para evaluar el trabajo de los programadores de la forma más eficaz y precisa posible. Hay muchos factores y un elemento de relatividad en este problema. Por ejemplo, un desarrollador puede crear sólo una línea de código que será más valiosa que mil líneas. Sin embargo, el pago suele realizarse en función del número de códigos creados por el especialista.
"En algunos deportes, нay jugadores que nunca llegan a jugar, pero son lo suficientemente buenos como para entrar al equipo. Hay una razón por la que los equipos pagan el precio de tener jugadores que calientan la banca. ¿Podría ser ese el caso de esos ingenieros fantasmas?", bromeó un usuario de X, reaccionando a los resultados de la investigación.