Una trampa de azúcar: bioquímico desaconseja tomar esta popular bebida por las mañanas
Algunos alimentos es mejor evitarlos en el desayuno, según los expertos.
Las alternativas a la leche de origen vegetal, como la de soja, coco, almendras e incluso guisantes, están ahora ampliamente disponibles, con la leche de avena a la cabeza. La leche de avena, que antes era un producto de nicho, se ha convertido en un producto básico en los supermercados y otros lugares. Es popular no sólo entre los veganos, sino también entre las personas intolerantes a la lactosa. Sin embargo, un experto desaconseja empezar el día con leche de avena.
Jessie Inchauspé, bioquímica francesa y autora de bestsellers conocida como @glucosegoddess, pone regularmente de relieve en las redes sociales las trampas del azúcar en sangre. En un post viral, compara los efectos de matcha hecho con leche de avena frente a leche de vaca. ¿El resultado? La leche de avena provoca un pico mucho más alto de azúcar en sangre.
¿A qué se debe? Ella lo explica: "La leche de avena es una de las alternativas lácteas con más carbohidratos, lo que provoca picos de azúcar en sangre. Para evitarlo, elige leche con grasa y/o proteínas, como la leche entera o la leche de almendras o de soja sin azúcar."
En una entrevista en vídeo, explica que "la leche de avena se elabora con avena, un cereal rico en almidón. Beber leche de avena es como beber "zumo de cereales", que eleva el azúcar en sangre. En cambio, la leche de vaca contiene proteínas y grasas, mientras que las leches de frutos secos sin azúcar tienen un mínimo de almidón, por lo que son mejores para estabilizar el azúcar en sangre".
¿Cuál es su consejo? Evita la leche de avena con el estómago vacío. Si te gusta, consúmela después del desayuno o acompáñala de actividad física para minimizar los picos.
Las fluctuaciones de azúcar en sangre pueden provocar antojos, fatiga e incluso problemas cutáneos. Empezar el día con un café con leche de avena alto en carbohidratos o una tostada azucarada sólo empeora la situación. La clave está en elegir bien los carbohidratos y equilibrarlos con grasas o proteínas. Es una buena idea tomar un desayuno a base de proteínas, que pueden estabilizar el azúcar en sangre, saciar durante más tiempo, aumentar la energía y favorecer el crecimiento muscular.
Esto no significa suprimir por completo la leche de avena, ya que afecta a cada persona de forma diferente y depende del tamaño de la porción. Aun así, cambiar el café con leche de avena por leche de almendras o anacardos sin azúcar puede ayudarte a sentirte más equilibrado a lo largo del día.