Uno de cada cuatro lo sufre sin darse cuenta: ¿Cuáles síntomas del sueño deberías consultar con tu médico?
Los ronquidos y los problemas respiratorios pueden revelar un problema de salud más grave. Estas son las señales a las que debes estar alerta.
Más de mil millones de personas alrededor del mundo sufren de apnea del sueño, una afección grave que va mucho más allá de los ronquidos o la fatiga diurna y que puede poner en peligro la vida de quien lo padece. Un estudio en el que participaron, entre otros, la Universidad Técnica de Múnich y el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt examinó a personas sin síntomas evidentes. Resultó que una de cada cuatro personas padecía apnea del sueño y requería tratamiento. En general, alrededor del 80 por ciento de los afectados no saben que padecen apnea del sueño.
La apnea del sueño es un trastorno del sueño en el que se producen pausas repetidas en la respiración durante el sueño. Estas pausas en la respiración pueden durar desde unos pocos segundos hasta un minuto y, a menudo, ocurren debido a un estrechamiento o bloqueo de las vías respiratorias superiores. El cuerpo responde estimulando nuevamente la respiración, a menudo acompañada de un breve despertar, que puede afectar significativamente la calidad del sueño. Existen tres tipos de apnea de sueño:
- Apnea obstructiva del sueño (AOS): la forma más común, en la que los músculos relajados de la garganta bloquean las vías respiratorias.
- Apnea central del sueño (CSA): ocurre cuando el cerebro no controla adecuadamente los músculos respiratorios.
- Apnea del sueño mixta: una combinación de apnea del sueño obstructiva y central.
Los síntomas de la apnea del sueño pueden ser difíciles de detectar. No siempre se producen ronquidos, y las pausas en la respiración a menudo pasan desapercibidas, especialmente cuando los afectados duermen solos. La somnolencia diurna no siempre es grave y la presión arterial alta , que normalmente sólo se desarrolla con el paso de los años, no suele estar asociada con la apnea del sueño. Otros posibles síntomas incluyen falta de energía y dolores de cabeza matutinos, palpitaciones, pulso rápido, cansancio inmediatamente después de dormir y dificultad para concentrarse, así como sudoración intensa y aumento de la orina por la noche.
Si esta enfermedad no se trata a tiempo, puede tener consecuencias graves, ya que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes o accidentes cerebrovasculares, incluyendo derrames cerebrales. Algunos factores de riesgo son la obesidad, el agrandamiento de las amígdalas o adenoides, el aumento del consumo de alcohol y el tabaquismo, así como una predisposición genética.
Para identificar el problema, puedes descargar una aplicación que analiza tu calidad de sueño, ya sean las nativas de iPhone y Android o una app de terceros. Debes colocar tu móvil en la mesita de noche para que registre tu respiración al dormir. Por la mañana podrás ver un análisis detallado. Hacer esto durante varias noches seguidas te ayudará a determinar si debes consultar a tu médico.