Han creado los espaguetis más finos del mundo, pero no son para comer
Un equipo de investigadores del University College de Londres (UCL) ha creado los espaguetis más finos del mundo, de tan sólo 372 nanómetros (milmillonésimas partes de un metro) de diámetro. Esta increíble proeza se logró mediante una técnica llamada electrospinning, en la que una mezcla de harina y líquido se hace pasar por la punta de una aguja bajo una carga eléctrica para crear hilos ultrafinos.
Aunque el resultado se parece a la pasta, no está pensado para poner en tu plato. En su lugar, podría allanar el camino para avances en materiales médicos.
El objetivo: un gran avance médico
El equipo está trabajando para crear una alternativa a las nanofibras de almidón, que tienen un gran potencial en el campo de la salud. Estas nanofibras, producidas de forma natural por las plantas verdes para almacenar el exceso de glucosa, ya se están explorando para diversas aplicaciones, como:
- Curación de heridas: Las esteras de nanofibras son muy porosas, dejan pasar el agua y la humedad y bloquean las bacterias.
- Regeneración ósea: Actúan como andamios para favorecer el crecimiento y la reparación celular.
- Sistemas de administración de fármacos: Liberación controlada de medicamentos.
Sin embargo, la producción de nanofibras de almidón a partir de células vegetales requiere grandes cantidades de agua y energía. El método de la UCL ofrece una alternativa más sostenible al utilizar harina -un ingrediente rico en almidón y ampliamente disponible- como material de base.
Primeros éxitos y próximos pasos
Los investigadores crearon con éxito una alfombra de nanofibras de 2 cm, visible a simple vista, aunque para observar las fibras individuales se necesita un microscopio electrónico de barrido. Los próximos pasos del equipo incluyen el estudio de las propiedades del material, como:
- La rapidez con que se degrada.
- Su interacción con las células humanas.
- Su potencial de producción a gran escala.
No apto para la cocina
A pesar de su parecido con los espaguetis, este nanomaterial dista mucho de ser comestible. Si se cocinaran, las hebras ultrafinas se cocerían en menos de un segundo. En cambio, este avance permite vislumbrar cómo ingredientes tan sencillos como la harina podrían revolucionar la producción de materiales de grado médico, aportando soluciones sostenibles a las necesidades sanitarias.