¿Cómo afecta a tu piel y cabello tomar duchas calientes frecuentes?
Los dermatólogos advierten que las duchas calientes frecuentes, por muy agradables que sean, pueden dañar la piel.
Una ducha caliente al final de un duro día es un placer celestial, especialmente en invierno, cuando es tan agradable acostarse calentito. Pero no lo tomes con demasiada frecuencia. La mayoría de los dermatólogos coinciden en que frecuentes duchas calientes pueden afectar negativamente el estado de tu piel.
Los estudios recientes revelan que tomar una ducha caliente todos los días puede despojar el cabello y la piel de sus aceites naturales. Las consecuencias de esto pueden ser piel seca y con picazón, cabello quebradizo y puntas abiertas.
El agua caliente elimina los aceites naturales de la piel y el cabello, lo que puede provocar sequedad, picazón, rotura y puntas abiertas. Estos efectos no deseados pueden verse exacerbados por el uso excesivo de agua caliente al ducharse.
Encima de la barrera cutánea hay una fina capa llamada manto ácido, formada por aminoácidos y sebo, una sustancia grasa que retiene la humedad y se libera de las glándulas de los folículos pilosos. Esta capa ayuda a mantener fuerte la barrera cutánea y la protege del medio ambiente, los alérgenos y las bacterias dañinas.
Cuando te duchas demasiado caliente, provocas sequedad en la piel. Los aminoácidos concentrados en la barrera cutánea pueden perder su estructura organizada, lo que hace la barrera cutánea más permeable.
Para reducir posibles daños, los dermatólogos recomiendan seguir estos consejos:
- No te duches con agua caliente todos los días. Intenta reducir la frecuencia de las duchas con agua caliente a 2 o 3 veces por semana. Esto le dará tiempo a tu piel y cabello para restaurar su equilibrio natural de aceites.
- Evita el agua excesivamente caliente. Esto ayudará a reducir la pérdida de aceites naturales de la piel y el cabello.
- Limita el tiempo que pasas en la ducha a 10-15 minutos. La exposición prolongada al agua caliente puede aumentar sus efectos negativos sobre la piel y el cabello.
- Utiliza cremas hidratantes. Después de la ducha, aplica cremas hidratantes en la piel y el cabello para compensar la pérdida de aceites naturales. Evita jabones y champús fuertes y opta por opciones más suaves y humectantes.
Ademas, los médicos advierten que la alta temperatura del agua durante la ducha aumenta la carga sobre el corazón y los vasos sanguíneos, y puede agravar algunas enfermedades. La deberían evitar personas con diabetes, presión arterial baja, varices y trastornos gastrointestinales.