¿Por qué el tiempo parece volar a medida que envejecemos? Te sorprenderá saber la respuesta
¿Por qué el tiempo parece pasar más rápido a medida que envejecemos? Los neurocientíficos han explorado este fascinante fenómeno y los resultados son sorprendentes.
¿Alguna vez has preguntado: "Espera, eso fue hace dos años?" ¡Parece que fue ayer! No estás solo en la sensación de que el tiempo pasa cada vez más rápido. Cuando eres niño, incluso una clase en el colegio puede parecer interminable. Pero para los adultos adultos, los meses y los años pasan volando en un abrir y cerrar de ojos.
En el libro "On the Experience of Time" ("Sentido del tiempo"), el psicólogo Robert Ornstein comparte una serie de experimentos que revelan cómo cambia la percepción del tiempo en función de la interacción mental. En uno de sus estudios, los participantes vieron diferentes imágenes y luego calcularon cuánto tiempo habían estado mirando cada una. A pesar de la misma exposición temporal, sintieron que pasaban más tiempo mirando imágenes más complejas o atractivas. Lo mismo ocurrió en otro experimento con sonidos. Cuando los participantes escucharon grabaciones llenos de ruidos variados, creyeron que habían estado escuchando durante más tiempo.
Estos hallazgos sugieren que cuando nuestro cerebro está ocupado procesando mucha información nueva, sentimos que ha pasado más tiempo. Esto ayuda a explicar por qué el tiempo parece ser lento para los niños, que están constantemente experimentando cosas nuevas y aprendiendo sobre el mundo. Los adultos, en cambio, están más familiarizados con su entorno y sus rutinas diarias, por lo que están menos estimulados mentalmente, lo que hace que el tiempo parezca volar.
Las investigaciones científicas también muestran que nuestro cerebro procesa la información más lentamente a medida que envejecemos. Según los neurocientíficos, a medida que las neuronas y los nervios envejecen, acumulan más "desgaste", lo que hace que transmitan información más lentamente. Esta ralentización del procesamiento mental cambia nuestra percepción del tiempo.
Una tercera explicación para el aparente ritmo acelerado del tiempo radica en cómo nuestros recuerdos moldean nuestra sensación del tiempo. Las neurocientíficas Muireann Irish y Claire O'Callaghan sugieren que, a medida que envejecemos, cada nuevo año se convierte en una fracción más pequeña de nuestra vida total. Para un niño de 10 años, un año es un 10% de su vida, una parte sustancial. Pero para una persona de 70 años, un año es solo alrededor del 1,4% de su vida. Esta proporción cada vez menor hace que cada año parezca más corto. Además, nuestra capacidad para recordar recuerdos con claridad moldea nuestra percepción del tiempo. Cuanto más nítidos sean nuestros recuerdos de un período, más largo nos parecerá en retrospectiva.
¿Podemos ralentizar nuestra percepción del tiempo? Si bien no podemos detener el reloj, es posible que podamos alterar nuestra percepción del mismo. Probar cosas nuevas y romper con las rutinas puede crear recuerdos más vívidos, lo que puede hacer que el tiempo parezca más expansivo. Esta es una de las razones por las que las vacaciones, los nuevos pasatiempos o cualquier cambio en las rutinas diarias pueden parecer "estirar" el tiempo.
Aunque no podemos cambiar el paso del tiempo, sí podemos crear momentos significativos y memorables que lo hagan más rico y gratificante. Así que, haz ese viaje, prueba ese nuevo hobby o explora una nueva parte de la ciudad; tal vez consigas que los años parezcan un poco más largos.