¿Quién se queda con la custodia de la cuenta de TikTok tras un divorcio?
En los divorcios siempre ha habido disputas por los hijos, las casas y los bienes. Pero ahora, las redes sociales se han convertido en otro campo de batalla.
Con el auge de plataformas como TikTok e Instagram, cada vez más parejas construyen sus vidas -y a veces sus negocios- en torno a cuentas compartidas. Cuando se produce una separación, deben decidir quién se queda con la cuenta y su valiosa base de seguidores, que pueden ser miles o incluso millones. Al fin y al cabo, los seguidores aportan ingresos, y conservar esa comunidad es esencial para seguir teniendo éxito como creador de contenidos. Para los abogados, sortear estos nuevos conflictos requiere creatividad y comprensión de la dinámica de las redes sociales.
Puede parecer sorprendente, pero la custodia compartida sobre una cuenta de redes sociales es ahora un problema real. Tomemos el ejemplo de Kat y Mike Stickler, una pareja estadounidense que acumuló cerca de 4 millones de seguidores compartiendo sus vidas en TikTok y YouTube. Su éxito les permitió asociarse con marcas y obtener ingresos constantes. Pero cuando se separaron, surgió la pregunta: ¿quién debe conservar la cuenta de TikTok con sus millones de seguidores?
En casos como éste, no se trata sólo de quién inició la cuenta, sino de quién contribuyó más a su crecimiento. En el caso de Kat Stickler, ella argumentó en una entrevista en un podcast que era la principal impulsora del éxito de su cuenta compartida. El tribunal falló a su favor y ella conservó la cuenta de TikTok, modificándola para adaptarla a su nueva identidad en solitario. Kat conservó a sus seguidores, e incluso amplió su base a más de 10 millones de seguidores, consiguiendo más acuerdos con marcas y manteniendo su carrera en Internet. Mike, por su parte, recibió su cuenta de YouTube, pero con el tiempo fue perdiendo actividad.
En 2024, las redes sociales se han convertido en un verdadero activo profesional, y las cuentas con muchos seguidores se consideran valiosas propiedades empresariales. A medida que aumenta el número de personas que crean marcas personales, es probable que las cuentas de las redes sociales formen parte de los acuerdos de divorcio tanto como las casas o los coches. Tanto los expertos jurídicos como las personas influyentes se están dando cuenta de que las identidades y las audiencias en línea no pueden dividirse simplemente por la mitad.