La pandemia de COVID tiene un impacto inesperado en la Luna
La pandemia de Covid se ha convertido en una gran prueba para nosotros y ha cambiado nuestro mundo en muchos sentidos. Sin embargo, pocos podían imaginar que tendría consecuencias en el espacio.
Para contener la pandemia de coronavirus en 2020-2021, los gobiernos de todo el mundo han introducido distintos grados de confinamiento. Las escuelas permanecieron cerradas, los trabajadores comenzaron a trabajar de forma remota, se redujo el transporte y la producción industrial se paralizó.
Esta pausa en nuestro acelerado ritmo de vida ha tenido un impacto notable en la naturaleza.Sorprendentemente, un estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society revela un fenómeno inesperado. La temperatura de la luna bajó durante el confinamiento.
Un grupo de científicos indios utilizo datos del observatorio Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA y analizaron los datos de 2017 a 2023. Descubrieron que durante el período crítico de los primeros confinamientos en abril y mayo de 2020, la temperatura en la superficie lunar disminuyó significativamente en comparación con el año anterior. ¡La temperatura bajó entre 8 y 10°C durante la noche!
Este enfriamiento puede deberse a una fuerte disminución de la actividad humana y de las emisiones de gases de efecto invernadero. En abril de 2020, las emisiones de CO2 de la aviación cayeron un 75%, las del transporte terrestre un 50% y las de la producción de energía un 15%. La reducción de la contaminación ha reducido el efecto invernadero de la Tierra y la radiación terrestre, principal fuente de calor de la Luna cuando no está iluminada por el Sol. Esta perturbación podría afectar el equilibrio térmico de la Luna, especialmente en su cara visible.
Sin embargo, aunque la diferencia de 8-10°C en la Tierra es enorme, es necesario ponerla en perspectiva. Durante el día, la Luna refleja la luz del sol y la temperatura de su superficie puede alcanzar los 130 °C. Por la noche, sin embargo, la temperatura puede descender hasta -173 °C. Por lo tanto, una diferencia de 8-10 °C en la superficie lunar no es tan dramática, pero sigue siendo lo suficientemente significativa como para ser observada y estudiada.
Aunque la hipótesis es sólida, los investigadores advierten que se necesitan más datos y análisis para confirmarla. Es posible que se requieran observatorios lunares. Esta investigación abre nuevas posibilidades para comprender cómo las actividades humanas influyen en los entornos extraterrestres y ofrece una nueva forma de rastrear el cambio climático en la Tierra.