¿Sabes por qué los muebles de IKEA tienen nombres tan raros? No es lo que la mayoría de la gente piensa

¿Sabes por qué los muebles de IKEA tienen nombres tan raros? No es lo que la mayoría de la gente piensa

A mucha gente le desconciertan los peculiares nombres de los muebles de IKEA, que a menudo resultan difíciles de recordar o pronunciar. Sin embargo, hay un método para esta locura, que tiene su origen en una historia muy personal del fundador de la empresa, Ingvar Kamprad.

Contrariamente a la creencia popular, estos nombres no son arbitrarios, sino que forman parte de un sistema cuidadosamente diseñado que refleja las experiencias vitales y las necesidades prácticas de Kamprad.

Ingvar Kamprad, el fundador de IKEA, luchó contra la dislexia, una dificultad de aprendizaje que afecta a la lectura y la escritura. Este reto personal desempeñó un papel crucial en la creación del exclusivo sistema de nomenclatura de IKEA. A Kamprad le resultaba difícil trabajar con los códigos o números tradicionales de los productos, así que ideó un enfoque alternativo que le ayudara a identificar y organizar mejor la amplia gama de productos que ofrecía la empresa.

La solución fue asignar nombres a los productos que le resultaran más fáciles de reconocer y recordar. Estos nombres procedían de lugares suecos conocidos, conceptos e incluso conexiones personales, lo que hacía que el sistema fuera a la vez funcional y significativo.

¿Qué hay detrás del sistema de nombres?

Los nombres de los productos IKEA se clasifican según el tipo de artículo que representan. Por ejemplo:

  • Camas y armarios: Bautizadas con nombres de ciudades noruegas.
  • Alfombras: Inspiradas en lugares daneses.
  • Otros muebles: Suelen llevar nombres de ciudades, pueblos y accidentes geográficos suecos.

Por ejemplo, un armario podía llevar el nombre de una ciudad noruega como Oslo, mientras que una alfombra podía llevar el nombre de una localidad danesa. Este sistema no solo facilitaba a Kamprad la gestión de sus productos, sino que añadía a la marca una capa de profundidad cultural y singularidad que los clientes llegarían a reconocer, aunque no siempre pudieran pronunciar los nombres correctamente.

La historia detrás del nombre "IKEA"

El propio nombre "IKEA" es un reflejo de las raíces de Kamprad y su conexión con su educación. El acrónimo está formado por una combinación de sus iniciales y los lugares que fueron significativos en sus primeros años de vida:

  • I significa Ingvar (su nombre de pila).
  • K significa Kamprad (su apellido).
  • E se refiere a Elmtaryd, el nombre de la granja donde se crió.
  • A significa Agunnaryd, el pueblo cercano a la granja de su familia.

Este sistema de nomenclatura no sólo personaliza la marca, sino que también la vincula a la herencia del fundador, lo que convierte a IKEA en algo más que el nombre de una empresa: es un homenaje a los orígenes de Kamprad.

Una solución práctica y personal

Los nombres aparentemente extraños de los productos IKEA tienen un propósito práctico, más allá de ser simplemente distintivos. Para Kamprad, a quien los sistemas tradicionales de etiquetado de productos le suponían un reto debido a su dislexia, este método le proporcionaba una forma de seguir la pista de los productos y relacionarse con ellos a nivel personal. Cada nombre se elegía porque era algo que Kamprad podía recordar fácilmente, ya fuera el nombre de un lugar familiar o un concepto ligado a su Suecia natal.

Este sistema permitió a Kamprad mantener el control y la supervisión de una gama de productos cada vez mayor, asegurándose de que podía seguir gestionando su negocio con eficacia a pesar de sus dificultades de aprendizaje. El sistema de nombres fue una solución inteligente que convirtió un posible obstáculo en parte integrante de la identidad de la marca.