¿Es saludable correr a diario? ¿Qué le ocurre en realidad a tu cuerpo?
Correr ofrece numerosos beneficios para la salud, desde la mejora de la forma física general hasta la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, pero ¿es buena idea correr todos los días?
Correr con regularidad es muy eficaz para mejorar la forma física y reforzar el sistema cardiovascular. Pero, ¿qué cambios provoca en el organismo correr a diario y qué riesgos conlleva?
El corazón y los pulmones en el punto de mira: ¿Qué ocurre al correr?
Correr obliga al sistema cardiovascular a trabajar a pleno rendimiento, aumentando la frecuencia cardiaca para suministrar oxígeno y nutrientes a los músculos. Con el tiempo, el corazón bombea con más eficacia y la capacidad pulmonar mejora, haciendo que tu cuerpo resista mejor las distancias más largas.
Más allá de la resistencia, incluso 5-10 minutos de carrera diaria pueden reducir el riesgo de infartos, derrames cerebrales y otras enfermedades graves. Entre los principales beneficios se incluyen:
- Menor riesgo de enfermedades cardiovasculares
- Menor probabilidad de cáncer
- Menor riesgo de enfermedades neurológicas como el Alzheimer
- Músculos más fuertes, especialmente en las piernas y el tronco
- Aumento de la densidad ósea
Un estudio en el que participaron más de 18.000 personas descubrió que salir a correr puede alargar la esperanza de vida varios años, especialmente con carreras de 30 minutos, cinco veces por semana.
Beneficios para la salud mental y el sueño
Correr a diario también mejora la salud mental al aumentar el sueño y mejorar el estado de ánimo. Los estudios demuestran que los corredores habituales se duermen más rápido, disfrutan de un sueño más profundo y manifiestan una mejor concentración y estado de ánimo general.
Riesgos potenciales de correr a diario
A pesar de todos los beneficios, correr a diario puede conllevar riesgos. Especialmente si la intensidad o la distancia aumentan demasiado rápido, pueden producirse lesiones por sobrecarga. Éstas surgen cuando el cuerpo no tiene tiempo suficiente para adaptarse al aumento de esfuerzo. Entre las lesiones más comunes se encuentran las fracturas por sobrecarga en el mediopié o los dolores de espinilla. Una mala forma de correr o un calzado inadecuado también pueden provocar lesiones.
La frecuencia con la que se debe correr depende en gran medida del nivel de forma física y de los objetivos personales. Ni siquiera los corredores experimentados deben entrenar todos los días sin descanso. Sobre todo cuando se prepara un maratón, es importante programar días de recuperación. El entrenamiento de fuerza y movilidad también puede ayudarte a prevenir lesiones y a ser mejor corredor a largo plazo.