Apicultor revela una forma sencilla y eficaz de distinguir la miel real de la falsa
¿Sabías que la miel que se vende en los supermercados no siempre es 100 por ciento auténtica? Para reducir costes, las empresas fabricantes a veces lo mezclan con otras sustancias. ¡Pero existe una manera muy sencilla de distinguir la miel natural de la falsa!
La miel no sólo es un dulce, sino que también tiene beneficios para la salud cuando se consume en cantidades limitadas. Pero no todos los botes de miel que encuentras en los estantes de los supermercados contienen miel natural. Algunos de los productos llamados "miel" son en realidad jarabes elaborados con azúcar cristalizada, glucosa, gelatina o diluidos con agua y almíbar.
A veces es difícil distinguir la miel auténtica y artesanal de las falsificaciones producidas en masa. Si bien la mejor manera de garantizar la autenticidad es comprar directamente a un apicultor de confianza, esto no siempre es posible. Afortunadamente, existen métodos sencillos que puedes utilizar en casa para comprobar si tu miel es natural.
Una de las formas más fáciles y eficaces de identificar la miel falsa es una prueba de agua. Simplemente deja caer una cucharada de miel en un vaso de agua fría sin revolver. La miel natural, espesa y densa, se hundirá inmediatamente hasta el fondo sin disolverse. La miel con aditivos se mezclará con agua casi inmediatamente. Este método rápido es un indicador fiable de autenticidad.
También puedes usar otras pruebas sencillas como la prueba de la mancha, la toalla de papel o la cerilla. Por ejemplo, la miel natural no manchará la tela blanca, mientras que la miel con aditivos probablemente sí lo hará. Si dejas caer miel sobre una toalla de papel y se queda en la superficie, es natural; si se absorbe rápidamente, lo más probable es que sea una falsificación diluida. Por último, moja la cerilla en miel. Si se enciende con facilidad es que tienes miel natural.
La prueba del agua sigue siendo una de las formas más eficaces de asegurarse de que estás disfrutando de miel natural. Otras señales de alerta son una cristalización inusualmente lenta o ausente, una textura demasiado líquida o un precio extremadamente bajo. Son señales de que el producto puede estar rebajado. Conviene consultar la etiqueta y buscar lugar de procedencia, desconfiando de orígenes inciertos o lejanos... ¡Y nada es mejor que la miel local!