¿Ciudades en 2050? Biocorredores, trenes de alta velocidad y pirámides que almacenan energía
¿Cómo serán nuestras ciudades dentro de 25 años? Una experta compartió su pronóstico optimista, que incluye mucho verdor y menos asfalto.
Muchas megaciudades han crecido tanto que la vida en ellas se ha vuelto llena de cemento, atascos y estrés. Y nuestras ciudades siguen creciendo. Por ello, los urbanistas están trabajando para cambiar el aspecto y las infraestructuras de las ciudades de tal manera que podamos vivir en ellas de forma más tranquila y saludable.
Trabajar en el futuro de las ciudades adquiere una importancia aún mayor dado el calentamiento global. Por lo tanto, reducir la temperatura de las calles debería ser uno de los principales objetivos de las autoridades de las ciudades. Dentro de 25 años, las ciudades deberían tener más terreno cubierto de vegetación y plantas que puedan capturar y almacenar agua, según la científica Deb Chakra del Olin College de Massachusetts, que trabaja en previsiones de desarrollo urbano.
En una entrevista con la revista New Scientist, Deb Chachra también habló sobre las perspectivas de los llamados biocorredores, tramos continuos de calles con vegetación en la ciudad, que conducen a conjuntos ecológicos más grandes en la periferia de la ciudad. Además, las plantas que absorben agua ayudarán a hacer frente a posibles inundaciones, que pueden ser una de las consecuencias del cambio climático y el aumento del nivel del mar.
La creación de una red de corredores para trenes de alta velocidad es otra tendencia en el desarrollo de las grandes ciudades, en las que un gran número de residentes se trasladan al centro desde los suburbios y ciudades satélite. También pueden aparecer taxis eléctricos robóticos que puedan viajar por rutas especiales.
Deb Chachra cree que junto a las centrales solares en las proximidades de la ciudad se construirán grandes pirámides, similares a los zigurats de los antiguos babilonios y asirios. Estas torres se convertirán en instalaciones especiales de almacenamiento de energía eléctrica, garantizando la autosuficiencia energética de la ciudad. También se aprovechará más ampliamente el potencial de las centrales hidroeléctricas y de las instalaciones de almacenamiento submarino. Un futuro lleno de retos pero que parece más alentador.