Agua mineral embotellada: la mayoría son puras, pero no todas
Esta agua mineral es apta para el consumo. Pero no está perfectamente limpia, como demostró un estudio realizado en un laboratorio suizo.
Cuando compramos agua mineral de fuentes certificadas, estamos dispuestos a pagar más que por el agua embotellada normal y corriente, esperando recibir calidad y propiedades beneficiosas para la salud. El agua de la categoría más alta debe someterse a un control estricto para evitar la entrada de bacterias y sustancias nocivas. Pero, como demostró un estudio realizado recientemente en Suiza, esto no siempre es así, aunque todavía no hay datos suficientes para decir que supone una amenaza para la salud...
La emisora suiza SRF encargo un análisis de laboratorio de diez marcas de aguas minerales y encontró contaminación en algunas de ellas. En particular, se encontraron trazas de microplásticos en el agua de las marcas Alpina y San Pellegrino, embotellados para Suiza. El laboratorio también encontró pequeñas cantidades de PFBA, uno de los pesticidas del grupo Pfas, en el agua de la marca Walser. Los compuestos sintéticos de este grupo se utilizan para impartir estabilidad y resistencia en una amplia gama de productos, incluyendo sartenes de teflón, teléfonos móviles, envases de plástico e incluso champús y cosméticos.
Se reconoció que el contenido de sustancias Pfas y microplásticos en el agua de estas marcas no es peligroso para los humanos. "Se puede beber esta agua mineral sin dudarlo", afirmó un representante del laboratorio en una entrevista con la emisora SRF. Sin embargo, como señala la cadena suiza, el problema es que por el momento no hay suficientes investigaciones para determinar exactamente cuánto microplástico dañará a las personas a largo plazo.
Las empresas envasadoras de agua mineral de estas marcas informaron que sus propios análisis de laboratorio no mostraban contaminación. No hay razón para dudarlo, pero, según opinan expertos independientes, los microplásticos pueden filtrarse al agua desde los tapones, al igual como desde los envases de plástico o durante el proceso de llenado de botellas a través de máquinas.
De hecho, estamos rodeados de plástico y muchas veces no somos conscientes del impacto que puede tener en nosotros en el futuro.