De tanto instalar y desinstalar aplicaciones, el sistema se vuelve cada vez más lento. Por otra parte, la falta de algunas librerías DLL puede volverlo inestable. Cuando los programas de limpieza ya no consiguen hacerlo volver a la normalidad, la solución consiste en formatear el disco duro para después reinstalar el sistema operativo. En otros casos, igual nos interesa únicamente formatear un disco duro externo o una partición que no contiene el sistema operativo. Estos procesos no son complicados, pero es necesario tener cuidado para no perder datos que pueden ser valiosos. En este artículo vemos cómo llevarlos a cabo.
En este caso se puede elegir entre "Formato rápido" y "Formato normal".
El rápido es aquel que escribe en el disco únicamente la tabla de contenido de la partición, mientras que el normal reemplaza todos los datos por datos vacíos a fin de impedir la recuperación posterior de los datos iniciales.
Si no deseas que la información que se encuentra en la partición a formatear pueda ser recuperada con programas especializados, elige el modo "Formato normal". Ten en cuenta que esta opción llevará más tiempo, por lo que si no es estrictamente necesario, recomendamos el "Formato rápido".
Antes de formatear tu disco duro, piensa en hacer una copia de respaldo de todos los datos que sean imprescindibles (documentos, imágenes, fotos, etc).
Lo que no haya sido guardado, ¡se perderá después del formateo!
Nos dirigimos a Inicio > Explorador de archivos</bold <bold>> Este equipo..
En el apartado "Dispositivos y Unidades" encontraremos el disco/partición que deseamos formatear.
Con mucho cuidado de no equivocarnos, hacemos clic derecho en el disco y se leccionamos la opción "Formatear...".
Se nos abrirá una nueva pestaña. En el apartado "Etiqueta del volumen" le podremos dar un nuevo nombre.
Podemos seleccionar la casilla "Formato rápido" o no.
Seleccionamos un sistema de archivos. Por motivos de compatibilidad, nosotros recomendamos "FAT32". Sin embargo, si se va a emplear para almacenar archivos grandes, aconsejamos "NTFS".
Hacemos clic en Iniciar. Aparecerá una advertencia: pulsamos Aceptar.
Aquí tenemos dos opciones: una de ellas es restablecer el sistema operativo sin limpiar las unidades o los nuestros archivos. Esto nos permitirá limpiar nuestra computadora de aplicaciones no deseadas y reestablecer su configuración de fábrica. Además, con este método tendremos la posibilidad de conservar nuestros datos.
Recomendamos conservar en un soporte externo todos los programas, archivos y drivers que volverás a utilizar. Especialmente el firewall y el antivirus, que recomendamos que sean reinstalados antes de conectar el ordenador a Internet.
Importante: no olvides hacer una copia de respaldo de tus 'drivers'.
La otra opción es restablecer el PC absolutamente, eliminando datos, archivos y limpiando las unidades. Esta opción se recomienda en el caso que vayamos regalar o vender nuestra computadora.
A continuación explicamos paso a paso los dos métodos.
Atención: aquí se borrarán todos los datos almacenados en tu computadora.
Hacemos clic en Inicio > Configuración > Actualización y seguridad.
En el apartado "Reestablece este PC", hacemos clic en Comenzar.
Hacemos clic en Quitar todo.
A continuación se nos preguntará por la limpieza de unidades. Seleccionamos "Quitar archivos y limpiar la unidad".
Confirmamos y, ¡listo!
Hacemos clic en Inicio > Configuración > Actualización y seguridad.
En el apartado "Reestablece este PC", hacemos clic en Comenzar.
Si queremos conservar nuestros archivos, hacemos clic en "Mantener mis archivos".
Hacemos clic en Siguiente.
Y por último pulsamos "Restablecer".
Nota: si deseamos borrar los archivos sin limpiar la unidad, en el paso 3 hacemos clic en "Quitar todo" y a continuación en "Solo quitar los archivos".